Alumnos y ex-alumnos del IES en Lenguas Vivas «Juan Ramón Fernández»

30/9/15

Crónica del acto por la colocación de la baldosa en homenaje a las ex-estudiantes desaparecidas

El 17 de septiembre de 2015 se realizó el acto de colocación de la baldosa en homenaje a Alejandra Lapacó, Laura Pérez Rey y Alicia Guerrero, ex estudiantes del Lenguas Vivas y militantes detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico-militar. Después de muchos años de investigación, entrevistas, visitas a los centros clandestinos y adentrarse en la vida y en la historia de las tres estudiantes, nos encontramos alumnos y familiares para recordarlas y homenajearlas.



Cargados de emoción dimos comienzo al acto. Amigos y familiares de las estudiantes las recordaron desde su lugar, transportándonos a cada uno en sus recuerdos. Mónica Sallan, amiga de Laura, nos leyó “Y la muerte perderá su dominio”, del poeta favorito de Laura, Dylan Thomas, y mientras los aplausos estallaban en la última frase, se acercó Susanna Moncayo, prima de Alicia Guerrero, a cantar “Volver a los diecisiete” de Violeta Parra, canción que solía cantar junto a su prima. Mientras María José Guembe, abogada del CELS, nos contaba la historia de los juicios por la verdad, Carmen Lapacó —madre de Alejandra—, apareció en el acto produciendo un silencio cargado de emoción. Y de repente, aquel SUM en donde alguna vez habíamos corrido, alguna vez habíamos gritado y hasta por ahí nos habíamos peleado, se convirtió en un lugar de escucha, de silencio, concentración y, sobre todas las cosas, un lugar de memoria. Hay momentos en donde uno reconoce, en el instante en que está pasando, que ocurre algo que jamás se borrará de nuestro recuerdo. Ese momento fue uno de ellos. Gracias, a cada uno de los familiares y amigos de Alejandra, Laura y Alicia, por permitirnos acompañarlos en su recuerdo, lleno de dolor pero también lleno de amor y de ternura.


Después de ver el corto que se realizó en homenaje a las tres estudiantes y de escuchar a dos ex alumnos recordarlas con su música, salimos a la calle a realizar, finalmente, la colocación de la baldosa. Quince minutos después, habiendo llenado el suelo de cemento, se terminó de colocar la baldosa con un grito de "30.000 compañeros detenidos-desaparecidos ¡Presentes! ¡Ahora y siempre!" y fue ahí, fundidos en el abrazo con nuestros compañeros, en que notamos que de a poco pero irremediablemente, lográbamos ganarle a la historia. Porque al fin y al cabo, aunque hayan desaparecido sus cuerpos, ese día y en ese momento, Laura, Alicia y Alejandra estaban más presentes que nunca.


Joaquín Areta, poeta desaparecido, una vez escribió: "Mirame, aquí estoy, queriendo dejar huellas plantales en la historia". No sé si habremos dejado huellas plantales en la historia, pero no tengo duda que en algún lugar de los pibes que presenciaron el acto, quedaron marcadas las huellas de esa historia que hoy también es nuestra. Eso es construir la memoria, un ejercicio que jamás hay que dejar de practicar, ni individual ni colectivamente. Porque aunque el acto haya sido un sólo día, la construcción tiene que ser continua e incansable. Ese día le ganamos al olvido y seguiremos haciéndolo en cada paso.