El año 1974 fue un año cúlmine en la lucha de clases. Recordemos que los últimos dieciocho años de la vida política de la Argentina se habían dado en un marco de ausencia total de Democracia. Desde el golpe militar al gobierno de Perón, y la posterior proscripción de su persona y su partido político, se sucedieron elecciones ilegítimas, y golpes militares. La Resistencia no se hizo esperar en la clase obrera, que espontáneamente empezaba a organizarse para combatir las privatizaciones, los despidos, las malas condiciones de trabajo, los bajos salarios, etc. Y sin distinguir entre gobiernos militares o supuestamente democráticos, la respuesta del Estado fue la represión, la intervención de las fuerzas armadas en los conflictos, la persecución, el encarcelamiento de disidentes, y hasta la tortura y los fusilamientos de los sectores combativos.